lunes, 1 de marzo de 2010

PUERILIDAD Y PENSAMIENTO DÉBIL

La coincidencia en el tiempo de dos absurdas campañas publicitarias realmente perversas e infantiles viene a ser la enésima confirmación de la profunda imbecilidad que ciertos gruposo o poderes creen que padecemos los ciudadanos, quizá no sin razón.

La primera es de traca: supongo que se creerán muy superoriginales y megaprovocadores mezclando el tabaco con la irrumación. Claro, claro, fumar es ser objeto de una felación forzada, qué bueno. Es la manía de, permitidme el palabro, antropomorfizar las cosas. El tabaco es una persona muy mala que va por la calle atrapando infantes y metiéndoles el humo por la boca. No sé a vosotros, a ni el tabaco, ni el alcohol ni niguna otra droga me ha atacado ni obligado ni amenazado. Ni a mí ni a nadie. Somos totalmente libres para fumar o no. El tabaco no es esclavitud, ni es capaz de nada: lo bueno o lo malo son las acciones de las personas. Personas que toman decisiones. Lo único que se consigue con campañas infantiles de este tipo es  precisamente generar un falso mundo de enfermos donde la debilidad para afrontar determinadas tareas se disfraza con el suave manto de la patología. Campañas infantiles para producir cerebros infantiles.

Y la segunda: perfecto avatar del Pensamiento Guay, del buenrollismo, caballo de Troya del pensamiento mágico, whisfull thinking. Basta con que lo pienses, con que cambies de actitud para que todo cambie, porque en realidad no pasa nada, es que somos unos pesimistas de cojones, así que vistamos la realidad con lindos ropajes, no sea que se nos estropee el cuento. Además, no existen culpables de esta crisis, porque los culpables somos.. ¡¡¡todos!!! Que no nos hemos puesto a pensar y darle al caletre, qué pandilla de vagos y maleantes. Nada de Bancos Centrales provocando una brutal e irreal expansión del crédito. Nada de un sistema bancario con privilegios legales y protegido por el Banco Central...

Ya nos lo dijo ZP, sí es que somos unos antipatriotas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario