lunes, 17 de mayo de 2010

UN POCO DEL TODO

O de todo un poco.  Me abruma el hastío, por la estúpida y aberrante cotidianeidad, y por lo claro que me resulta lo errado de nuestro camino (¿Camino?), o de esa parte que nos dejan elegir. En culaquier caso, no está mi ánimo para juntar letras sobre nuestra deuda, colectiva y nunca consentida o sobre la epifanía zapaterina. Que les den pero bien dados, hideputas, como diría el sabio contemporáneo.

Así que os invito y conmino a parar un momento junto a mí, a deteneros y, de paso, detener un poco el mundo; no porque vivamos demasiado rápido -¿qué es la lentitud? Cada uno tiene su ritmo, escogido o no, es harina de otro costal. No, es porque no sabemos cómo vivimos ni somos conscientes de lo que hacemos, nos hacemos, ni lo que hacemos a los demás, consecuencia de nuestro ser. Y ello porque nos falta reflexión, un ejercicio, un hacer, muy simple, pero que exige, y mucho, disciplina y concentración. Algo que no es abstracto, ni especulativo, pero que, decididamente, hemos olvidado.

Me refiero, claro es, a la auténtica reflexión, no al marasmo ni la noria mental, que a modo de torbellino, lanzamos sobre nosotros. Y creedme, sé mucho, por propia experiencia, de las trampas mentales, del mantenerse ocupado con barruntos que, a lo menos, son puerilidad estériles y, en el peor de los casos, masoquismo emocionalmente destructivo. Lo estúpido de todo el asunto, y lo que me cuesta entender, es que el miedo no sea siempre ni principalmente la causa de nuestra inacción. Es más la rutina espiritual del hábito consagrado, pero cómodo, lo que nos impide progresar, a través del autoconocimiento y la decisión.

Y de eso se trata, de lo extraordianriamente pragmático que resulta la reflexión, y de su enorme potencial transformador, ahora sí, afrontando con valentía las conclusiones. Tantas veces, si no casi todas, bastan cinco minutos para saber... y moverse. La reflexión exige acción, determinación y sentido.

Baste por hoy. Avanzaremos más en su momento.

Todo esto es muy personal, faltaría más.

HONOR Y FUERZA.